La propietaria de esta vivienda necesitaba un piso de menor tamaño. El cambio suponía pasar de la casa de toda la vida, de 350 m2 a otra de 135 m2 con mucha menos luz, ya que se trataba de una primera planta.
Se realiza una reforma integral, incluyendo la distribución, materiales, acabados y todas las instalaciones, aprovechándose la ocasión para instalar un sistema de aire acondicionado por conductos y se decora la casa.
Mudarse a una casa mucho más pequeña no resulta fácil, sobre todo cuando se quieren conservar numerosos muebles de diseño, como la chaise longue y reposapiés de los Eames, las sillas del comedor de René Mackintosh, un bargueño del siglo XV, varios baúles antiguos, así como la magnífica colección de pintura del siglo del s.XX, arte africano, bustos etruscos y otras piezas de enorme valor, como una cabalgadura antigua o un par de espejos venecianos bellísimos, etc. Todos estos objetos que han acompañado a la propietaria a lo largo de su vida, debían formar parte de su nuevo hogar.
La vivienda original tenía también numerosas librerías de obra lacadas, una embocadura de chimenea y un par de columnas antiguas, que igualmente se querían conservar.
Lo primero que hicimos fue realizar un inventario de las piezas de arte y de mobiliario, con un registro fotográfico y métrico de todas ellas, para poder incluirlas en el proyecto desde los primeros bocetos.
La nueva distribución se compone de salón-comedor, dormitorio principal con baño y vestidor, despacho (o dormitorio doble) con baño, cocina y área de servicio con dormitorio y baño.
El salón comedor de 45 m2, se concibe como la estancia más importante de la casa, donde se va a estar en el día a día, que incluye la visita habitual de familiares y amigos. Por ello, las piezas más especiales de mobiliario, como el bargueño, la chaise longe, la cabalgadura y un par de baúles, así como numerosas pinturas y esculturas, se ubican en este espacio. El comedor se coloca al lado de la ventana, en el área ganada a la terraza.
En el dormitorio principal, a los lados de la cama, se han diseñado dos hornacinas de obra para colocar los bustos etruscos. Sobre la cama se dispone uno de los cuadros preferidos de la propietaria y en el falso techo se realiza una candileja iluminada formando un rectángulo, que aloja en su interior un precioso tapiz veneciano, y que así colocado se convierte en la última imagen que ve la propietaria antes de dormir. El resto de las estanterías del salón de la otra casa, se han colocado frente a la cama y se aprovechan para disponer piezas de arte.
El segundo reto ha consistido en intentar llenar de luz natural una vivienda oscura, sobretodo en comparación con la casa anterior, que era una sexta planta llena de luz. Para conseguirlo se han seguido varias estrategias:
La forma de las estancias se ha regularizado evitando tacones y recovecos, de manera que la luz penetre al máximo posible.
Las paredes y los techos se han lacado en color blanco puro ligeramente satinado. Toda la casa, (salvo la zona de servicio), se ha solado con mármol blanco. Los acabados de los baños son: mármol blanco en el principal y gresite en un tono de verde muy claro en el baño 2.
El tabique de separación del salón con la cocina se realiza en vidrio, para que la luz atraviese la casa de lado a lado y se refleje el arbolado exterior, haciendo que de alguna manera esté doblemente presente en la casa.
En el paso del salón hacia los dormitorios, se ha diseñado una puerta de vidrio, con lo que los grabados que llenan las paredes del pasillo son también visibles desde el salón. Esta puerta, que constituye el límite entre la zona pública y privada de la casa, se ha querido significar colocando la embocadura de la chimenea sobre ella y las dos columnas antiguas a los lados, de manera análoga a como estaban dispuestas en la casa original.
De esta forma, se ha conseguido crear un hogar adaptado a las nuevas necesidades de la propietaria pero que mantiene la esencia de su casa anterior.
ESTADO INICIAL
PLANOS
ESTADO ORIGINAL 
ESTADO REFORMADO
